Quizá el amor, por muchos violines que le pongan, solo sepa bailar dando palmas.
Y las personas seamos distintas, ilógicamente adyacentes, aproximadamente normales
y todas, todas dispuestas al juego de la equivocación.
La pasión y sus toboganes entonces sean ese hundirse hacia abajo hasta que tocas fondo.
O el temor un conciso movimiento de flanqueo ajustado a los márgenes de la inteligencia.
Por eso ahí va el repiqueteo de tambores preludiando las 8 letras,
que siempre logro decir en premoniciones sin munición,
que las dejan finalmente en simple intento:
Te quiero.
Es decir, quería decirte.
Eso.
Buenas noches, bicho.
Escandar y su poesía y su silencio.
ResponderEliminarBonito blog :)
me ENCANTAS y lo haras siempre ;)
ResponderEliminareres y seras mi gran pero pequeñito aliño para mi vida.
Te quiero, lo sabes?